Varamientos de ballenas en ambientes no habituales: casos que interpelan y alertan

Varamientos de ballenas en ambientes no habituales: casos que interpelan y alertan 1280 960 ICB
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Ballenas encontradas muertas en el Río de la Plata y el Delta generan preocupación y preguntas. ¿Por qué ingresan a aguas dulces? ¿Qué amenazas enfrentan? Estos eventos poco frecuentes, pero cada vez más visibles, subrayan la importancia de actuar con conocimiento, coordinación y responsabilidad para comprender sus causas y reducir los impactos humanos.

Riesgos y complicaciones para una ballena en el río

En las últimas semanas se registraron dos varamientos de ballenas sei (Balaenoptera borealis) en el Río de la Plata y, más recientemente, una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) fue hallada muerta en el Delta del Paraná. Este tipo de casos parece reportarse con mayor frecuencia en los últimos años, tal vez porque haya más personas observando y las imágenes se difunden rápidamente. También podría influir el crecimiento de algunas poblaciones de ballenas que utilizan las aguas costeras bonaerenses. Es probable que las ballenas, posiblemente debilitadas, ingresan al estuario del río y a zonas costeras de poca profundidad, donde pueden quedar atrapadas o sin posibilidad de regresar al mar.

En algunos casos, los ejemplares aún están vivos al momento del hallazgo, lo que genera una inmediata respuesta solidaria de personas o instituciones que buscan ayudar. Sin embargo, no siempre es recomendable intentar su acarreo o movilización, ya que si el animal está enfermo o muy debilitado, intervenir puede generar un estrés adicional que comprometa aún más su estado.  Cuando estos episodios ocurren por causas naturales y la muerte de las ballenas no es consecuencia de actividades humanas, deben considerarse como parte del ciclo natural de vida y muerte, y no necesariamente como situaciones que pueden o deben evitarse.

Es importante destacar que cualquier acción o intervención que se implemente debe ser llevada a cabo por instituciones con competencia y bajo permisos otorgados por las autoridades que correspondan a la jurisdicción.

Cuando los animales son hallados muertos, la posibilidad de entender qué ocurrió se ve aún más limitada. El estado de descomposición que presentan tras días a la deriva impide, en muchos casos, obtener información concluyente. Incluso en los casos en los que se puedan realizar estudios post-mortem o necropsias, establecer causas de muerte certeras resulta extremadamente complejo.

Una vez descartadas heridas externas evidentes, como golpes y cortes por colisiones con embarcaciones o enmallamientos en redes o sogas, es importante considerar que el animal probablemente presentaba un problema de salud previo o un cuadro de debilitamiento general que derivó en su muerte . En el caso de la ballena jorobada hallada frente a Zárate, el 22 de julio, los especialistas de la Fundación Cethus confirmaron que presentaba marcas compatibles con una colisión con una embarcación.

Ballenas en aguas dulces: un ambiente inadecuado para especies oceánicas

El ingreso de ballenas a cuerpos de agua dulce, como el Río de la Plata o el Delta del Paraná, representa una situación atípica que en general indica un comportamiento inusual de estos cetáceos. Las ballenas son animales adaptados a ecosistemas marinos, donde encuentran las condiciones físico-químicas y ecológicas necesarias para su supervivencia: aguas saladas, ricas en oxígeno, profundas y con alta disponibilidad de alimento. El agua dulce presenta características que resultan adversas para estos animales.

El Dr. Mariano Sironi, Director Científico del ICB, destaca:

“Las ballenas están adaptadas para vivir en agua salada. La flotabilidad es menor en el agua dulce que en el mar, lo que demanda a los animales más esfuerzo y gasto de energía cuando deben salir a la superficie a respirar. También, el agua salada favorece la cicatrización de pequeñas heridas normales en la piel de los cetáceos, que en agua dulce tienen más probabilidad de infectarse. Además, la productividad es mucho menor en el río, que no ofrece alimento para las ballenas. Muchas veces permanecer por varios días en agua dulce termina agravando situaciones previas de estrés o debilidad, y eventualmente puede derivar en su muerte”.

Antecedentes previos

Si bien los recientes varamientos de ballenas en el Río de la Plata y en el Delta del Paraná han generado gran atención de los medios de comunicación, es importante destacar que existen antecedentes de otros casos similares ocurridos en las últimas décadas.

Un repaso histórico permite dimensionar mejor la frecuencia y características de estos eventos. Es importante destacar que, en todos los casos, intervino la Prefectura Naval Argentina con apoyo técnico de especialistas, entre ellos se puede destacar a integrantes de la Fundación Cethus que colaboraron con los casos más recientes.

  • 19 de octubre de 2000 – Avistamiento de una ballena minke viva en el río Paraná, remontando desde San Pedro hasta Tigre. Fue guiada de regreso al mar por la Prefectura Naval  > Nota La Nación.
  • 30 de julio de 2002 – Una ballena de unos 8 metros quedó varada cerca de San Isidro, en el Río de la Plata (“Bajos del Temor”). Se intentó un rescate con personal del zoológico porteño y la Prefectura > Nota La Nación.
  • 31 de julio de 2002 – Otra ballena minke de unos 7 metros quedó varada en el Paraná de las Palmas cerca de San Isidro. Luego, fue rescatada y regresó por su cuenta al mar. > Nota La Nación.
  • 26 de julio de 2012 – Una ballena jorobada fue avistada en el río Uruguay en cercanías de Villa Paranacito y Gualeguaychú. Luego apareció muerta cerca de Campana. > Nota Ahora El Día.
  • 11 de junio de 2017 – Un ejemplar vivo de ballena sei (~13 m) quedó varado en Dock Sud, en el Río de la Plata. Murió después de varios días y fue retirada por Prefectura y autoridades ambientales. > Nota La Arena.
  • 10 de julio de 2019 – Una ballena apareció en el río Paraná cerca de Escobar. Prefectura y ONGs intentaron reencauzarla; murió al día siguiente cerca de la costa > Nota propia ICB.
  • 27 de agosto de 2024 – Ballena jorobada encontrada muerta en las costas del Río de La Plata, entre las localidades de Berisso y Magdalena. > Nota Infobae.

¿Por qué varan los cetáceos?

Un “varamiento” implica que una o más ballenas o delfines aparecen en las playas, quedando fuera del agua al bajar la marea. Estos eventos pueden involucrar tanto animales muertos como vivos y pueden ser individuales o masivos, como ocurre con ciertas especies de delfines. Cuando la muerte se produce en el mar, el cuerpo puede ser arrastrado a la costa por el viento y las corrientes. Si se encuentran con vida y el Varamiento se produce accidentalmente y están en buen estado de salud, pueden sobrevivir hasta que la siguiente marea alta (pleamar) les permita regresar al mar, aunque también pueden morir en la playa antes de lograrlo. Cada caso es único y debe ser considerado de modo particular, pero algunas hipótesis generales sirven para explicar los varamientos, en especial cuando son masivos.

  • Muerte natural y enfermedades. Como en todos los seres vivos, es esperable que los individuos —especialmente crías, o individuos de edad avanzada — mueran, y en algunos casos son llevados por el viento y las corrientes a las costas. También las muertes pueden ocurrir por enfermedades e infecciones, que pueden deteriorar la salud y provocar varamientos. 
  • Lesiones: Las redes de pesca y las colisiones con embarcaciones pueden provocar lesiones de gravedad y debilitamiento, que dificultan el desplazamiento de los animales, llevando a que sean arrastrados vivos hacia la costa. En caso de muerte, si los cuerpos no se hunden, eventualmente también pueden llegar a la orilla.
  • Desorientación y ecolocalización comprometida. Esto se produce más frecuentemente en Odontocetos, es decir cetáceos con dientes, como delfines, marsopas, calderones y cachalotes. Estos animales dependen en gran medida de la ecolocalización para orientarse y moverse en su entorno, lo que los vuelve especialmente vulnerables a perturbaciones acústicas, como el sonar naval o el ruido de grandes embarcaciones, que pueden desorientarlos. Los ruidos de alta intensidad, como los generados por las prospecciones sísmicas de la industria petrolera, llegan a producir daños físicos y hemorragias internas que pueden ocasionar la muerte de cetáceos y otras especies.

Accedé a más información en nuestra sección de reguntas más frecuentes ⇒ ¿Por qué varan los cetáceos? 

Aunque en principio los varamientos pueden ser eventos naturales, muchos muestran evidencias de intervención humana, como lesiones internas o externas o contaminantes en sus tejidos. Comprender estos eventos permite tomar acciones para preservar la salud del océano y ese vínculo esencial entre los cetáceos y su ecosistema.

La importancia de implementar una Red Federal de Asistencia a Varamientos de Mamíferos Marinos 

Una red organizada, activa y con presencia en las distintas regiones costeras del país es fundamental para brindar una respuesta rápida, ética y técnicamente adecuada ante estos eventos. Su implementación efectiva permitiría estandarizar protocolos, capacitar a actores locales, registrar información clave para la ciencia y garantizar el bienestar animal. Además, facilitaría la construcción de estadísticas sistemáticas que alerten frente a posibles aumentos en las tasas de mortandad.

Un Mar Argentino con gran diversidad de cetáceos

Es importante considerar que el Mar Argentino alberga al menos 30 especies diferentes de cetáceos, entre ellas ballenas, delfines y marsopas. Por lo tanto, el avistaje de estos animales en las costas no debe sorprender. Sin embargo, los casos de varamientos o presencia en zonas inusuales, como el sistema del Río de la Plata y el Paraná, captan especialmente la atención pública y constituyen una oportunidad para reflexionar sobre la salud del océano y el impacto de las actividades humanas en el hábitat de estas especies.

El Dr. Sironi concluye:

“En toda población silvestre es normal que algunos individuos mueran cada año. Los recientes casos de ballenas varadas trajeron alarma a la comunidad porque se produjeron en zonas pobladas. Pero la mayoría de las veces las muertes se dan en zonas alejadas de las ciudades, y pasan desapercibidas para la comunidad en general. Así, las poblaciones de ballenas, con su ciclo normal de nacimientos y muertes, siguen su curso natural. En cambio, sí podemos, y debemos, trabajar para disminuir el impacto de las muertes causadas por actividades humanas. Cuando ballenas y delfines mueren por colisiones o ahogados en redes y sogas, nuestra responsabilidad es total. Aquí debemos cambiar, y hacer del océano un espacio de bienestar para todas las especies.”

 El mar está cambiando como consecuencia de las actividades antrópicas. Y cuando las ballenas aparecen donde no deberían estar. Cuando una ballena aparece donde no debería estar, nos está dando una señal. Escucharla, comprenderla y actuar es clave para proteger su hábitat —y el equilibrio del océano.

© Instituto de Conservación de Ballenas. GACETILLA DE PRENSA – Varamientos de ballenas en ambientes no habituales : Casos que interpelan y alertan.  Se puede reproducir citando la fuente.


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