Durante la temporada 2022 nos reencontramos con «Paciencia», integrante de una familia de ballenas de la que conocemos 5 generaciones. Paciencia es bisnieta de la ballena n° 71, nieta de Antonia, hija de Docksider y hermana de Espuma. Anteriormente fue registrada cuando se le colocó un dispositivo satelital durante la temporada 2019 del proyecto “Siguiendo Ballenas”.
En 1973, a dos años del inicio del Programa de Investigación Ballena Franca Austral en Península Valdés, provincia de Chubut (Argentina), el Dr. Roger Payne identificó a una ballena que fue incorporada al catálogo de individuos foto-identificados con el N° 71. Dos años más tarde, fue nuevamente reconocida junto a una cría a la que los investigadores nombraron «Antonia». Gracias a la continuidad de los relevamientos aéreos anuales de fotoidentificación que realizamos en forma conjunta con el Ocean Alliance, volvimos a registrar a «Antonia» (la ballena 71/75 del catálogo de fotoidentificación) en diferentes años y sabemos que fue madre de al menos 8 crías. Una de ellas es «Docksider» , la madre de «Paciencia».
Gracias a este reencuentro con «Paciencia» en 2022, pudimos saber que: ¡La familia de la ballena N° 71 sigue creciendo! ya que se encontraba en el Golfo San José con cría, un hermoso ballenato morfogris.
«Paciencia» nació en 2008 por lo cual tiene actualmente 15 años. Tiene al menos dos hermanos nacidos en Península Valdés: «Espuma» (1994) y «Luna» (2005). Es una hembra muy hermosa con un patrón de manchas sobre el lomo muy similar a la de su madre y su hermana Luna.
El árbol genealógico de la familia de la ballena N° 71
Cada nuevo registro, además de permitirnos seguir armando el árbol genealógico de familias, aporta información clave para el conocimiento de la biología de esta especie y la Dinámica poblacional en Península Valdés.
El reencuentro con «Paciencia»
A finales de noviembre de 2022, finalizando la temporada de ballenas en Península Valdés, investigadores del ICB se encontraban realizando actividades en la estación de investigación ubicada en el Lote 39A perteneciente a la Armada Argentina, en el Golfo San José.
La bióloga Camila Muñoz Moreda, del equipo de fotoidentificación del ICB comparte el momento del reencuentro con «Paciencia»:
“Desde la playa vimos a lo lejos unos soplos, lo que nos llenó de alegría y emoción porque en esa época del año no se estaban avistando ballenas desde la costa. Nicolás Lewin, investigador del ICB que participa del Proyecto de Fotogrametría, inmediatamente puso a volar el drone para tomar registros fotográficos de estos individuos.
Al observarlos a través de la pantalla, confirmamos que se trataba de dos madres con sus crías, una de ellas morfo-gris. Por la forma particular de la mancha de una de las madres, pensamos que podría ser «Paciencia».
A partir de las fotografías comenzamos la búsqueda en el catálogo de fotoidentificación, para comparar la ballena avistada en el Golfo San José con las imágenes de «Paciencia». Con gran ansiedad por saber si se trataba de la misma ballena, comenzó el “identikit”. Al ir comparando el detalle del patrón de Callosidades y de las manchas dorsales entre las fotos del catálogo y las recientemente tomadas, todo iba coincidiendo a la perfección: se trataba de Paciencia acompañada de un nuevo ballenato morfogris. La alegría de estos reencuentros es tan inmensa que lo que uno más quiere es compartirlo con el resto del equipo”.
Luego de confirmar la coincidencia, la búsqueda del equipo de foto-identificacion continuó hacia las fotografías del relevamiento aéreo realizado el 31 de agosto y 2 de septiembre de 2022, en el que también se pudo confirmar la presencia de «Paciencia» junto a su cría cercanas a Punta Buenos Aires, en la boca del Golfo San José.
Con este registro se pudo estimar que «Paciencia», la ballena 71/75/87/05 de nuestro catálogo de foto-identificación estuvo, al menos, 82 días en las aguas de Península Valdés.
El éxito reproductivo de Paciencia
Tras su nacimiento en 2008, no volvimos a tener registros de esta ballena. En 2019, la identificamos entre los individuos que fueron equipados con un dispositivo satelital durante la temporada 2019/2020 del Proyecto colaborativo “Siguiendo Ballenas”. Pudimos entonces saber que era una hembra ya que estaba junto a una cría. De hecho fueron los investigadores de este proyecto los que la nombraron «Paciencia» y a su cría «Aconcagua».
Un dato llamativo es que tanto su cría nacida en 2019 y en 2022, son de coloración morfogris. Esto se da frecuentemente en la familia de la ballena 71, inclusive su tío “Espuma” y su tío abuelo “Antonio” son de esta coloración.
Gracias a este nuevo registro sabemos que «Paciencia» regresó a Península Valdés y dio a luz una nueva cría.
Esto representa una excelente noticia, ya que esta hembra de 15 años de edad además de seguir el intervalo normal de parición de 3 años, demuestra que el dispositivo satelital no altera el ciclo reproductivo y que regresan a las aguas de Península Valdés para traer nuevas crías a esta población. Esta información es muy valiosa para el proyecto Siguiendo Ballenas.
El recorrido de Paciencia y Aconcagua
Durante los 190 días que su dispositivo transmitió la ubicación, “Paciencia” junto a “Aconcagua” recorrieron 17.663 km.
A lo largo de ese período pudimos aprender acerca del uso del hábitat en el Golfo Nuevo y de su ruta migratoria y áreas de alimentación. Ambas recorrieron importantes zonas que requieren de protección, entre ellas el Agujero Azul.
Adoptá a Docksider, la mamá de Paciencia
Gran parte de nuestros estudios científicos, especialmente el de Foto identificación, son posibles gracias al aporte de muchísimas personas que se suman al Programa “Adoptá Una Ballena”.
Docksider a lo largo de su vida. Primero junto a su madre Antonia en 1987 y luego junto a sus crías Espuma (1994), Luna (2005) y Paciencia (2008). Solo gracias al aporte de la «gran familia de adoptantes» podemos construir estos árboles geneálogicos.
Desde que iniciamos este programa, fuimos seleccionando diferentes ballenas entre las más de 4.000 identificadas. Cada una de ellas con una historia que contar.
«Antonia» fue una de las primeras ballenas que incorporamos, dado que conocíamos a su madre y a varias de sus crías. Ella recibió este nombre en homenaje a Antonio Torrejón, un visionario del turismo y la conservación en Península Valdés y un gran colaborador en el inicio del Programa de Investigación Ballena Franca Austral del ICB/OA, cuando Roger Payne descubrió que las ballenas francas podían identificarse a partir del patrón de callosidades de su cabeza. Luego sumamos a su hija «Docksider» por su comportamiento tan curioso y que es ahora protagonista de un audio cuento. Más tarde también sumamos a «Espuma», su primera cría, también protagonista de un libro infantil escrito por la capitana Diana Visintini.
Actualmente, «Docksider» es la representante de esta familia en el Programa de Adopción de Ballenas. Periódicamente se van rotando los individuos para poder ir compartiendo sus historias y, sobre todo, lo que aprendemos de ellas y las amenazas que enfrentan en el océano. Tenemos una gran comunidad de adoptantes de «Antonia», «Docksider» y «Espuma» que nos permiten seguir revelando a través de su contribución historias como la de «Paciencia».
¡Te invitamos a sumarte para que esta familia de adoptantes y de ballenas siga creciendo!
© Instituto de Conservación de Ballenas. GACETILLA DE PRENSA – Historias de ballenas: El reencuentro con Paciencia. Se puede reproducir citando la fuente.