Estudiando la salud de las Ballenas Francas: Un proyecto colaborativo con 16 años de vida

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Desde hace 16 años, organizaciones de la sociedad civil y universidades llevan adelante el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral para estudiar la salud de las ballenas de Península Valdés a través del estudio forense de los animales que mueren en sus costas. En lo que va de la presente temporada, han estudiado 8 crías muertas.

Desde su inicio en 2003, los investigadores de este Programa científico han estudiado 774 ballenas francas muertas en las costas de Península Valdés y alrededores, a las que ahora se suman los ocho ejemplares hallados esta temporada. La recolección de más de 7000 muestras de diferentes tejidos y órganos y fotografías de cada individuo estudiado han generado la base de datos biomédicos más completa que existe para esta especie en el mundo.

La Dra. Marcela Uhart, co-directora del Programa, resalta que:

«Península Valdés es una de las más importantes áreas de cría y reproducción de la ballena franca austral en el mundo. Esta especie realiza largas migraciones hacia aguas subantárticas y depende de una gran cantidad de microorganismos marinos para subsistir, lo que la convierte en excelente centinela de la salud del océano Atlántico sud-occidental. Factores como el cambio climático, la contaminación química y sonora, la sobrepesca, etc, podrían verse reflejados en la condición de las ballenas. Por ello, la oportunidad de aprender de las ballenas que mueren en Península Valdés es de excepcional importancia.»

Los investigadores recorren periódicamente las costas de la península por tierra y por aire en busca de ballenas muertas, y reciben también avisos por parte de una Red de Informantes Voluntarios. Ante el hallazgo o reporte de ballenas varadas muertas, los veterinarios y biólogos que integran el Programa se acercan al lugar, realizan estudios forenses y colectan muestras que luego son analizadas por especialistas para conocer el estado de salud general de la población. La información se provee a las autoridades de gobierno, contribuyendo con la conservación de las ballenas a través de estrategias de manejo. Desde el año 2003 se ha investigado sobre enfermedades infecciosas, presencia y posibles efectos de biotoxinas y contaminantes, estado nutricional, dieta, genética y otros factores.

Temporada 2018

En la presente temporada, el Médico Veterinario Matías Di Martino, coordinador de campo del Programa y su equipo, han registrado y examinado ocho crías muertas entre julio y agosto, dos en el Golfo San José y seis en el Golfo Nuevo. De estas crías, cuatro fueron reportadas por informantes de la Red y las cuatro restantes fueron detectadas durante el relevamiento aéreo realizado por los investigadores el primero de agosto.

“Lamentablemente la gran mayoría de las ballenas que varan no muestran signos evidentes de las causas de su muerte, debido a que casi todas mueren en el agua y pueden pasar varios días flotando hasta que el mar las arrastra a las playas. En este sentido, agradecemos y destacamos el rol fundamental que tiene la Red de Informantes para que podamos localizar tempranamente los animales varados y así tomar muestras antes de que avance su descomposición”, expresó Di Martino.

Temporada 2017

En 2017 se registró un número récord de ballenas visitando Península Valdés: durante el relevamiento anual de Foto identificación que realiza el Instituto de Conservación de Ballenas, se registraron 788 ballenas, el máximo número jamás contado desde que comenzaron los estudios científicos de la especie en 1971. Por el contrario, el número de ballenas muertas fue relativamente bajo, con 28 animales varados. Al igual que en años anteriores, la gran mayoría de las muertes correspondieron a crías nacidas en la temporada. En el 72% de los casos, los animales se hallaron en avanzada descomposición, lo que imposibilita interpretar adecuadamente los hallazgos. Sin embargo, el Dr. Di Martino destaca que:

“todos los animales muertos son importantes y deben ser examinados, ya que aún en las peores condiciones permiten colectar muestras e información clave sobre la biología y la salud de la especie.”

El Dr. Mariano Sironi, co-director del Programa, explica que:

“es normal que en toda población de ballenas muera una cierta proporción de crías recién nacidas. Península Valdés es un área de reproducción de ballenas francas. Por ello, la gran mayoría de las ballenas varadas que hemos examinado desde el año 2003 son crías. Sin embargo, en algunos años, como 2012, la proporción de crías muertas fue inusualmente elevada, siendo la más alta registrada para la especie.» Y destaca que «es fundamental continuar los estudios que desarrolla el Programa de Monitoreo Sanitario que, entre otras cosas, genera información para que las autoridades de manejo puedan tomar decisiones en base a datos científicos recolectados sistemáticamente con gran esfuerzo y dedicación durante muchos años.»

¿Qué hacer si encontramos una ballena varada en la playa?

Si encontramos una ballena franca varada viva o muerta en la playa, lo más importante es contactar a los expertos. En Argentina, llamar al 106 de Prefectura Naval o al 103 de Defensa Civil para que alerten a los expertos y al teléfono del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral: 0291 427-5597. También llamar a la Red de Fauna Costera de Chubut  0280-4482688  atiende hasta las 13.30hs, ó al 0800-666-2447. Si el Varamiento es en Buenos Aires, a la Coordinación de la Red de Rescate de la Provincia de Buenos Aires: 0221-154761588. Es muy importante brindar información sobre el sitio del hallazgo y sus características, como el tamaño o el estado del animal, ya sea vivo o muerto.


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