Invitada por el Fondo de Acción para la Conservación Marina (MCAF sus siglas en inglés), la investigadora del ICB, Florencia Vilches visitó el New England Aquarium en Boston para compartir con variadas audiencias las historias de vida de las ballenas francas australes de Península Valdés y el conocimiento generado por 48 años de investigación científica en Argentina. Además, Florencia participó de la temporada de campo del grupo de científicos que estudia las ballenas francas del Atlántico Norte.
Acercando las ballenas francas de Península Valdés a la comunidad de Boston
En 2016, gracias al apoyo del Fondo de Acción para la Conservación Marina (MCAF) del New England Aquarium ( NEAq), la investigadora Florencia Vilches viajó a Salt Lake City para capacitarse con la Profesora Victoria Rowntree en el proceso de Foto identificación y así iniciar un nuevo proyecto para integrar las fotografías de ballenas francas australes aportadas por los fotógrafos de avistaje de Puerto Pirámides a nuestro catálogo de ballenas fotoidentificadas.
Como parte de este Programa de Becarios del MCAF, el pasado mes de julio, Florencia fue invitada al NEAq para compartir a diferentes audiencias su experiencia en el uso de la fotoidentificación como herramienta para el monitoreo de la salud de la población de ballenas francas de Península Valdés y en el trabajo colaborativo con los fotógrafos locales.
Florencia Vilches, nos comparte su experiencia:
“Durante el mes de julio tuve la oportunidad de interactuar con una multiplicidad de audiencias. La charla brindada al personal del NEAq, incluyendo representantes de las áreas de comunicación, conservación, educación e investigación, propició un enriquecedor intercambio sobre el gran desafío que es, a nivel mundial, generar conciencia ambiental.
La conferencia brindada en el cine IMAX me permitió compartir con alrededor de 100 asistentes y más de 3.000 espectadores que visualizaron la transmisión en vivo, las historias de vida de las ballenas de Valdés y las amenazas a su conservación. Mucho más informal, luego fue la charla en la sede de la Biblioteca Pública de Boston, donde se concentra gran parte de la comunidad latina. Allí tuve la oportunidad de interactuar con los niños y jóvenes locales, una de las audiencias que más me entusiasman En el acuario exhibimos el árbol genealógico de la famosa ballena 71 de nuestro catálogo de individuos de Península Valdés. Gran cantidad de niños se acercaron para que les explique acerca de las cinco generaciones de ballenas que hoy conocemos gracias a 48 años de trabajo científico ininterrumpido. Otros se acercaron asombrados por el pequeño tamaño de los ciámidos, invertebrados que recubren las Callosidades de las ballenas francas.
Pude también conocer a los jóvenes pasantes del NEAq, invitándolos a ser foto-identificadores de ballenas por un día y armar así los árboles genealógicos de algunas de las familias de nuestro catálogo.
Mi misión era inspirarlos como futuros conservacionistas, pero fueron en cambio estos adolescentes, aún en escuela secundaria, invirtiendo sus días de verano en empoderarse como futuros guardianes del océano, quienes me inspiraron a mí. «
Una temporada de campo diferente.
Cada verano desde 1980 los investigadores del NEAq realizan temporadas de campo en la Bahía de Fundy, al noreste de EEUU, para estudiar las ballenas francas del Atlántico Norte (Eubalaena glacialis). Como resultado, cuentan con un exhaustivo catálogo de individuos fotoidentificados, que es el eje central de su trabajo.
La población se encuentra severamente amenazada por colisiones con buques comerciales y enmallamientos en redes y sogas de pesca. El tamaño poblacional estimado es de tan solo 450 ejemplares.
Florencia nos cuenta lo vivido en su visita:
“ La casa que sirve de estación científica, me recuerda en parte a nuestras temporadas de campo en la casa donde alguna vez vivió el Dr. Roger Payne con su familia en Patagonia y donde actualmente llevamos adelante las temporadas de estudio del Programa de Investigación Ballena Franca Austral. Las paredes empapeladas de fotos y de citas reflejan las décadas de historia que esta casa ha albergado. La Bahía de Fundy es una fiesta de ballenas. Además de francas, se pueden observar ballenas minke, fin y jorobadas. El primer día navegamos desde las 06.00 hasta las 19.30 hs, tuvimos suerte: encontramos dos ballenas francas. Eso es poquísimo para mí, acostumbrada a las multitudes de Valdés, pero es una gran noticia para mis colegas del NEAq, quienes en 2017 no registraron ningún individuo en meses. Rápidamente intentamos identificarlas y, con una emoción que me resulta bien familiar, descubrimos que eran individuos conocidos. Lamentablemente, esas serían las únicas francas que vería en toda mi estadía.
Florencia Vilches, recibió un entrenamiento en el uso de las señas de manos para registrar animales marinos durante la navegación. Durante las salidas pudieron observar ballenas francas del norte, jorobadas y otras especies en la bahía de Fundy.
“En paralelo, parte del equipo se encontraba relevando las aguas canadienses del Golfo Saint Lawrence donde inesperadamente se ha registrado un número creciente de ballenas francas. Esas son buenas noticias, pero es evidente que las ballenas están cambiando su distribución y eso es un gran desafío para el monitoreo de su salud.
Cuando el clima no era propicio para la navegación, aprovechamos para actualizar el catálogo de foto identificación. Lo bueno de buscar ballenas en un catálogo de 732 individuos y no de 3.200 como acostumbro, son las mayores posibilidades de encontrar una coincidencia, que siempre genera gran satisfacción. Menos feliz fue conocer que muchas de las búsquedas de ballenas son posibles gracias a las cicatrices que estas presentan por enmallamientos o colisiones.
El desafío que los investigadores del NEAq tienen en su horizonte es intimidante: evitar que las ballenas francas del Atlántico Norte se extingan para siempre. Luego de extensas sobremesas he aprendido que se han logrado victorias parciales. Los buques que transitan las mismas aguas que las ballenas, deben mantener su velocidad por debajo de cierto máximo, de manera que éstas puedan evadirlos. Además, los buques deben utilizar rutas fuera de las áreas de mayor concentración de ballenas. Como resultado, el riesgo de colisiones letales se ha reducido un 90%. Sin embargo, el panorama no es alentador. En la última temporada de cría no se registraron nuevos ballenatos. El año pasado 16 ballenas fueron halladas muertas, 15 eran individuos conocidos. Por un momento me puse en sus zapatos, pensé en la posibilidad de encontrar una ballena adulta muerta en las costas de Valdés y descubrir que se trata de Antonia, de Mochita, o de cualquiera de “nuestras” ballenas. Fue desgarrador. “
Lecciones aprendidas: La conservación y el bienestar de las ballenas francas australes no se encuentran gravemente amenazados por colisiones con embarcaciones ni enmalles como en las del norte, pero sí por otras causas, tales como el hostigamiento de las gaviotas cocineras en Península Valdés, o la reducción en las poblaciones de kril. Existe un denominador común en las amenazas que ambas especies padecen: actividades humanas mal manejadas. En este mundo que devora recursos a pasos cada vez más agigantados, es nuestro deber como ciudadanos proteger esos recursos para las generaciones futuras. Y eso requiere más que apagar la luz que no uso, cerrar la canilla que no necesito o tirar el papelito en un tacho. Requiere de acciones a nivel comunitario: iniciativas propuestas y ejecutadas por el barrio donde vivo, la escuela donde estudio o la oficina donde trabajo son las que inspirarán a otros y generarán la presión social necesaria para que los recursos se aprovechen con el menor impacto posible y sean de ésta y muchas más generaciones. Para que las ballenas del norte no se extingan frente a nuestros ojos y las francas del sur sigan siendo multitud en nuestras costas patagónicas.
© Instituto de Conservación de Ballenas. GACETILLA DE PRENSA – BALLENAS FRANCAS DEL NORTE Y DEL SUR Se puede reproducir citando la fuente.
Es muy importante que los niños tengan contacto con la naturaleza y sobre todo entender que mediante el aprendizaje y la educación se puede fortalecer el interes por la preservar el medio ambiente.
Muy bonito lo que se hace muchas gracias por el aporte.