Desde el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) alertamos sobre los graves impactos que esta iniciativa podría generar en una zona clave para la reproducción de la ballena franca austral, especialmente considerando el avance simultáneo del proyecto de una terminal de exportación de petróleo en la misma área.
Una nueva amenaza para el Golfo San Matias
Mientras que avanza el proyecto Vaca Muerta Oil Sur, en Rio Negro, se activa una nueva alarma por el proyecto de South Energy para instalar, a una distancia de 4 a 6 kilómetros de la costa, una unidad flotante de licuefacción de gas (FLNG) con una capacidad de producción de 2,4 millones de toneladas anuales (MTPA) de GNL.
En tierra, este proyecto incluirá una cabecera de gasoducto y un sistema de transporte terrestre y submarino que permitirá el traslado del gas natural hacia a la unidad flotante de licuefacción, que producirá el GNL que luego será cargado en buques metaneros para su exportación.
Es importante destacar el gran impacto que tendrán los componentes offshore de ambos proyectos. El Proyecto Vaca Muerta Oil Sur instalará dos monoboyas para cargar el petróleo a las embarcaciones exportadoras. En el caso del Proyecto FGNL, se instalará un buque para realizar el proceso de licuefacción del gas.
Golfo San Matías: ¿Zona de sacrificio?
El Golfo San Matías, junto con el Golfo Nuevo y el Golfo San José, conforma una de las principales áreas de cría y reproducción de la ballena franca austral en el mundo. Sus aguas albergan una gran diversidad de especies dentro de la ecorregión marina Gran Ecosistema Marino de la Plataforma Patagónica. El área cuenta con reservas naturales clave, como Punta Bermeja, Caleta de los Loros y Bahía de San Antonio, creadas para proteger hábitats de aves migratorias, mamíferos marinos y especies endémicas.
Este golfo además es vital para la conservación de la ballena franca austral, ya que sus aguas costeras ofrecen un entorno ideal para esta población durante la temporada de reproducción y cría.
Desde 1999, se encontraba protegida de la contaminación por hidrocarburos, ya que a través de la Ley n° 3308 se prohibia en sus aguas proyectos petroleros. Esta protección fue eliminada de manera inconsulta por la legislatura de Rio Negro y fue reemplazada por la ley n° 5594, que dio luz verde al avance de múltiples proyectos de infraestructura para la exportación de hidrocarburos.
Una audiencia excluyente
El 6 de diciembre, la Provincia de Río Negro organizó la audiencia pública para evaluar el estudio de impacto ambiental del Proyecto del buque licuefactor liderado por South America Energy S.A.. La misma tuvo características similares a la realizada para el proyecto Vaca Muerta Oil Sur ya que al ser presencial y solo habilitada para quienes tenian domicilio en la provincia de Rio Negro, excluyó a sectores clave de la sociedad que podrían verse afectados por estos megaproyectos y que, además, representan voces fundamentales en defensa de la biodiversidad del Golfo San Matías y sus áreas de influencia.
Si bien la audiencia fue realizada para el Proyecto de Gas Natural Licuado, el solapamiento de proyectos en el mismo área obliga a evaluar los impactos en forma conjunta ya que genera un efecto sinérgico que amenaza la biodiversidad y la estabilidad del ecosistema marino en el área del proyecto.
Cristian Fernández, abogado de FARN señala:
“Al cerrar los ojos frente a los impactos acumulativos, se subestiman los daños ecosistémicos y los impactos climáticos que diferentes proyectos podrían provocar. La ausencia de análisis de impactos acumulativos no es casual sino que obedece a una estrategia empresaria para categorizar como bajos o moderados impactos ambientales que, de ser medidos acumulativamente, arrojan un resultado de alto impacto ambiental. Desde luego que la omisión de análisis del impacto ambiental y climático acumulado resulta ilegal por contradecir el Acuerdo de Escazú (Ley 27.566)”.
Además, en ninguno de los dos proyectos se evalúa cómo afectaría a las áreas de influencia, principalmente Península Valdés, el área de mayor concentración de ballenas francas australes durante su periodo de cría y reproducción.
Principales impactos negativos
- Alteración de hábitats debido a la resuspensión de sedimentos que deteriora la calidad del agua
- Interferencia en los ciclos naturales por la contaminación acústica, que abarcan desde estrés crónico en la fauna marina. como la interrupción de desplazamientos y patrones migratorios
- La contaminación lumínica que afecta ritmos circadianos y comportamientos migratorios.
- Mayor riesgo de colisiones por el aumento del tráfico marítimo
- Además, la contaminación por hidrocarburos, ya sea por derrames o descargas crónicas, provoca toxicidad, daños orgánicos y mortalidad, afectando especialmente a aves, lobos marinos y ballenas filtradoras.
- A largo plazo, los efectos acumulativos, como descargas de agua de enfriamiento a altas temperaturas y pequeñas fugas de hidrocarburos, modifican las condiciones del ecosistema marino y comprometen su salud.
Una preocupación mayor: el calentamiento del agua del golfo y áreas de influencia
Otra de las alarmas que enciende este proyecto, es que se estima que aumentará la temperatura del agua del mar ya que el proceso para licuar el gas requiere de comprimirlo y para eso es se requiere altísima presión y agua a bajísimas temperaturas. Este agua es captada por la unidad flotante que la desaliniza y tras el proceso es arrojada nuevamente al mar pero a una temperatura 5 grados más alta.
Está comprobado científicamente que el aumento en la temperatura del agua afecta ecosistemas enteros, modificando el ciclo de vida de muchas especies, eliminando organismos esenciales, colapsando cadenas tróficas, reduciendo el oxígeno vital para la vida marina y contribuyendo a la proliferación de floraciones algales nocivas que afectan la salud humana y la de muchas especies silvestres.
Roxana Schteinbarg del programa de conservación del ICB explica:
“Es importante recordar que por efecto de floraciones algales nocivas ( marea roja) en septiembre y octubre de 2022 murieron al menos 30 ballenas francas, incluyendo 28 adultas, en el Golfo Nuevo de Península Valdés. Es probable que de avanzar este proyecto se produzca un aumento en la frecuencia y la intensidad de los eventos de mareas rojas, lo que podría tener consecuencias fatales para las ballenas francas y otros organismos marinos, al igual que en la salud humana. Desde el ICB nos preocupa que cualquier actividad industrial que incremente la temperatura del mar agravaría una situación ambiental que ya es altamente preocupante para la salud humana y para el patrimonio natural y económico del Mar Argentino”.
Proteger el Golfo San Matías y áreas de Influencia
Permitir que estos megaproyectos se lleven a cabo representaría una transformación sustancial del golfo San Matías, espacio compartido entre las Provincias de Río Negro y Chubut, que pasará de ser un área natural de resguardo, reproducción, alimentación y aprovechamiento de muchas especies costeras y marinas, a ser un puerto de alta intensidad de tránsito de buques de gran porte para la carga y el transporte de hidrocarburos,
Proteger el Golfo San Matías va más allá de intereses políticos y económicos; se trata de asumir la responsabilidad de conservar un ecosistema vital que alberga especies clave para el equilibrio de la biodiversidad marina y, en última instancia, para la vida en nuestro planeta. La participación activa y el compromiso ciudadano son fundamentales para defender este hábitat único, hogar de ballenas, aves, tortugas y otras especies esenciales.
Cada acción cuenta para asegurar que las generaciones futuras puedan disfrutar de un océano sano y funcional, donde la naturaleza y las comunidades coexistan en armonía, priorizando la vida por sobre cualquier interés de corto plazo.
© Instituto de Conservación de Ballenas. GACETILLA DE PRENSA – Nueva amenaza en Golfo San Matías: Preocupación por los impactos del Proyecto de instalación de un buque licuefactor. Se puede reproducir citando la fuente.