Investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas y colaboradores publicaron en la revista científica Marine Mammal Science un artículo sobre los patrones de deposición de grasa en las crías de ballena franca austral en Península Valdés durante su crecimiento. A través de este estudio, encontraron que los ballenatos acumulan grasa en todo su cuerpo, pero que la acumulación es menor en la parte posterior o pedúnculo, donde se afina, probablemente para favorecer la forma hidrodinámica de sus cuerpos.
Los mamíferos marinos dependen de la grasa sobre todo para almacenar energía, flotar y regular su temperatura corporal. Los Misticetos nacen con una capa de grasa relativamente fina que crece rápidamente durante la lactancia. Sin embargo, se dispone de poca información sobre los patrones de deposición de grasa de las crías de ballenas barbadas.
Los investigadores midieron el grosor de la grasa en nueve localizaciones corporales en 350 crías de ballena franca austral de pocas semanas hasta 4-6 meses de edad que murieron en la zona de cría de Península Valdés, Argentina entre 2003 y 2019, para documentar los cambios en el grosor de la grasa con el crecimiento. Además, buscaron diferencias en el grosor de la grasa y en el contenido de lípidos de la grasa externa/superficial en las crías que murieron en años con alta (2003, 2005, 2007-2013) y baja mortalidad (2004, 2006, 2014-2019) para comprobar si los primeros sufrían estrés nutricional.
La grasa, esencial para las ballenas
La Dra. Carina Marón, investigadora que lideró el estudio, explica:
“Debajo de su piel, las ballenas poseen una gruesa capa de grasa formada por numerosas células llenas de lípidos e intercaladas con fibras de colágeno. Esta capa actúa como reserva de nutrientes y energía, y además permite a las ballenas regular su temperatura corporal y aumentar su flotabilidad”.
Capa de grasa (rosada) y piel (negra) fotografiada durante una Necropsia de una cría de ballena franca austral de más de 2 meses de edad que fue encontrada muerta en las costas de Península Valdés.
Foto: Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral
¿Qué información revela este estudio?
Esta investigación reveló que las crías nacen con una delgada capa de grasa, que va incrementándose progresivamente durante los primeros meses de vida. Sin embargo, ese aumento no es homogéneo en todo el cuerpo, sino que sigue distintos patrones. Por ejemplo, a lo largo del cuerpo, la grasa a nivel dorsal y ventral va aumentando su grosor hacia la parte caudal (cola) o el pedúnculo de los animales. Por el contrario, la grasa en los laterales del cuerpo se va adelgazando hacia la región caudal, permitiendo que los costados del animal “se afinen”. Esto intensifica la forma ahusada o de “torpedo” del cuerpo, lo cual favorecería su capacidad hidrodinámica y hace que la natación sea más eficiente.
Las siluetas muestran cómo las capas dorsal y ventral de grasa aumentan en grosor (figura de arriba) mientras que la lateral se adelgaza (figura de abajo) desde detrás de la cabeza hacia el pedúnculo o cola de la ballena. Este adelgazamiento favorecería la forma hidrodinámica del cuerpo.
El grosor de la capa de grasa y su contenido lipídico son indicadores de la salud de las crías
Además de conocer los diferentes patrones de deposición de grasa en el cuerpo de las crías, este estudio permitió evaluar si se produjeron cambios en su condición nutricional en las últimas dos décadas (2003-2019).
La Dra. Marcela Uhart, co-directora del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral y co-autora de este estudio afirma:
“Al comparar el Grosor de grasa y la cantidad de lípidos totales (o contenido de grasa total) no encontramos diferencias entre crías que murieron en distintos años. Es decir que aunque en algunos años registramos altos números de ballenatos muertos en Península Valdés, esas muertes no estarían asociadas a condiciones de desnutrición”.
El estudio publicado en la revista científica Marine Mammal Science es el primero en describir el aumento progresivo de la grasa de las crías durante el crecimiento y contribuye al conocimiento de la salud de las ballenas francas.
El Dr. Mariano Sironi, también integrante del equipo que realizó la investigación, concluye:
“Los resultados son importantes porque indican que otros factores no relacionados con la nutrición y aún bajo estudio, como el estrés que las ballenas sufren por el acoso de las gaviotas, podrían haber contribuido con los eventos de alta mortalidad de crías que registramos en esta población entre 2003 y 2013”.
Acerca de la publicación:
Marón C. F., Lábaque M.C., Beltramino L., Di Martino M., Alzugaray L., Ricciardi M., Fernández Ajó A.A., Adler F.R., Seger J., Sironi M., Rowntree V.J., Uhart M. Patterns of blubber fat deposition and evaluation of body condition in growing southern right whale calves (Eubalaena australis). Mar Mam Sci. 2021; 1– 21.
La información obtenida a partir del estudio de las ballenas francas que varan en Península Valdés es clave para aumentar el entendimiento sobre la biología y el estado de salud de esta especie. Su continuidad es vital, por eso te invitamos a colaborar haciendo una donación.
© Instituto de Conservación de Ballenas. GACETILLA DE PRENSA –¿Cómo se acumula la grasa en las crías de ballena franca mientras crecen? Se puede reproducir citando la fuente.